El Periodico de Aragón – 9 Mayo 2008

Greenpeace asegura que en Aragón hay 17 localizaciones susceptibles de servir como almacén de enterramiento de dióxido de carbono (CO2). Una tecnología que califican de "estafa", pero que la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia para el 2007-2020 incentiva tanto para controlar el mercado nacional de emisiones como para frenar los efectos del cambio climático.
Se trata de varias zonas geológicas en la provincia de Zaragoza y otras tantas en la de Teruel. En concreto las áreas que rodean a Fabara, Fayón, Maella, Miraflores, Nonaspe, Peaiñar, Val de Zail y Zaragoceta en Zaragoza, así como Cantavieja, Cañada de Benatanduz, Fortanete, La Cuba, Mirambel, Tronchón, Villarluengo y Bordón en Teruel.
En febrero pasado, EL PERIÓDICO publicó que el Gobierno aragonés estaba estudiando un borrador presentado por Endesa con cuatro posibles emplazamientos para enterrar en el territorio el CO2, localizados al sur de Mequinenza, por la zona de Caspe y Fabara, y junto al embalse de Santolea, a unos 34 kilómetros de Alcañiz. Porque en la comunidad aragonesa es Endesa la empresa que lo está estudiando. De hecho, presentó a la Dirección General de Minas del Gobierno de Aragón un primer borrador del proyecto con cuatro localizaciones posibles y con la posibilidad de vincular una nueva planta térmica de 500 megavatios de combustión de oxígeno.
La organización ecologista presentó ayer en Madrid el informe nacional Falsas Esperanzas: por qué la Captura y Almacenamiento de Carbono no salvará el clima, que se puede ver en su página web (www.greenpeace.es). Una reflexión tras la propuesta de reserva provisional publicada por el Ministerio de Industria en el Boletín oficial del Estado del 4 de marzo. ARRIESGADA Y CARA. Sin embargo, Greenpeace revela ahora que estos sumideros están promovidos por el sector del carbón "como justificación para la construcción de nuevas centrales". "La captura y almacenamiento de carbono no ayudará a evitar el cambio climático, despilfarra la energía, es arriesgada y cara", declara Raquel Montón, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace. "Enterrar el carbono es enterrar el dinero necesario para las verdaderas soluciones", insiste. Más de 100 ONGs se han unido a Greenpeace para demandar que la CAC no se utilice como excusa.